martes, 16 de julio de 2013

Operacion en Emergencias




La importancia de Radioaficionados ante situaciones de emergencia puede deducirse de la consideración que las Naciones Unidas otorgan a la actividad a través de su órgano específico: laUIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones). Para ilustrarla leamos esta resolución .
La WRC-03 (World Radio Conference 2003) adoptó otra nueva cláusula. (1)
25.9A Se alienta a que las Administraciones (Se refiere a los gobiernos nacionales), den los pasos necesarios para dar ocasión a las estaciones de aficionados de prepararse para y responsabilizarse de las necesidades de comunicación en el apoyo de socorro en desastres (la interpretación de esta frase puede ser ligeramente diferente)
Las administraciones que sigan esta cláusula indudablemente considerarán los métodos más apropiados para la preparación. Hacerlo involucra ejercicios realizados por aficionados enviando mensajes de práctica en redes de emergencia gubernamentales, o trabajando con organizaciones reconocidas tales como la Cruz Roja, o quizás proveyendo comunicaciones de soporte en la vida real para cosas tales como eventos especiales de caridad carreras, carreras de botes o eventos similares. Se urge a las administraciones para identificar los medios más apropiados de proveer una preparación significativa para los radioaficionados en sus respectivos países.

El material que sigue no pretende ser un completo manual de operaciones en emergencia, sino apenas un conjunto de consejos mínimos para comenzar un aprendizaje más minucioso y exhaustivo. Sin embargo tampoco será superficial, intentamos que sea una guía  resumida para orientar nuestra mirada, un puntero a distintos aspectos que más tarde podremos perfeccionar y ampliar. 
Las emergencias son situaciones especiales, muchas veces imprevistas o que, siendo previsibles, exceden los recaudos tomados para enfrentarlas. El diccionario de la lengua define Emergencia como "Situación de peligro o desastre que requiere una acción inmediata" y al Estado de Emergencia como: "Situación oficialmente declarada de grave peligro por conflictos sociales, catástrofes naturales u otras razones."
Nuestras sociedades confían en que sus gobiernos y organizaciones privadas tienen todo dispuesto para casi cualquier contingencia; el ciudadano corriente prefiere creer en eso, despues de todo esa es la imagen que reciben desde diversos estamentos estaduales y privados, pero la verdad es que lo que está previsto y suele funcionar bastante bien es lo cotidiano o lo previsible (a lo sumo con leves apartamientos).
Probablemente su comunidad (si tiene la suerte de vivir en una bien organizada) posea un sistema ágil y confiable de salud, con equipos de médicos entrenados, ambulancias bien equipadas, salas de primeros auxilios, hospitales con quirófanos en condiciones de atender casi cualquier dolencia, cuerpos de bomberos, etc. Si una tormenta corta el suministro de energía eléctrica un equipo de técnicos lo restablecerá en segundos, minutos o a lo sumo unas pocas horas.
Todos los días hay accidentes, enfermos de urgencia y tormentas, es económicamente rentable mantener esos servicios en condiciones. Pero, si cayera un gran aerolito en el mar provocando una catástrofe inmensa, rápidamente descubrirá que nada hay previsto para esa contingencia, y no es porque ya no caigan aerolitos sobre nuestro planeta; simplemente no lo hacen con suficiente frecuencia...
Bien, eso es una emergencia, sucesos calamitosos que están bastante debajo de la media probable para la cual hay diseñada una respuesta adecuada. La sociedad no está muy dispuesta a sacrificar su confort por algo que tal vez no suceda nunca (o prefiere creer que les sucederá a otros..). No será fácil convencerla de que gasten su tiempo o dinero en esos asuntos. Los humanos funcionamos así y casi siempre lo hemos hecho de esa manera. Los animales no parecen preocuparse demasiado, tampoco, y es muy probable que esa respuesta esté codificada en la evolución; quizás hasta sea bueno para ella. Tal vez la preferencia evolutiva sea "hay que correr ciertos riesgos".
Lo cierto es que tarde o temprano "algo" pasará y algunos preferimos que haga el menor daño posible, quizás no estemos de acuerdo con "esa forma de evolución", pero ¿cómo compatibilizar ambas tendencias?, la que nos exige respuestas responsables y el tedio de tener que ocuparse de ellas. La solución la encontraron los animales superiores hace millones de años: Consiste simplemente en "el juego".
El simpático minino que con sus patitas mueve de un lado a otro la bola de lana está jugando, si, ¡pero esa pelota representa lo que, mañana, será la presa que lo alimentará a él y a sus crías!, ¡cuando aprenda a arrojarla hacia atrás, estará aprendiendo a sacar al pez del agua!. Recordemos que los griegos se preparaban para la guerra (y de paso la evitaban), mediante los Juegos Olímpicos y aún hoy esos juegos son considerados de gran importancia para los orgullos nacionales.
El juego es la clave para disfrutar haciendo tareas que, de otra manera podrían resultar penosas si dependieran únicamente del sentido de la responsabilidad. El juego es el regalo de los dioses para hacer llevaderas nuestras obligaciones...
Si encararemos nuestra preparación desde esta perspectiva, lograremos hacerla divertida y amena, y trabajarla con alegría y buen ánimo. No deseamos, y oramos para que nunca se produzcan eventos que precisen de nosotros, aún así, nuestros simulacros deben ser indistinguibles de una situación real, como si se tratara de una buena película. Será nuestro secreto que no sea "solo un juego" y si alguien piensa que estamos un poco locos, sonreiremos comprendiendo que no entienden nada acerca de los gatitos...
Si algún aciago día la emergencia se presentara, ya no será un juego aunque seguramente sabremos hacer mejor lo que sea necesario.
La preparación para las emergencias es una de las actividades más interesantes, entretenidas y creativas que existen en la radioafición, de hecho han sido nuestras respuestas en la adversidad las que ha dado gran parte del prestigio que tiene nuestra actividad en la sociedad (o tenía hasta hace poco tiempo). Esta es la razón por la cual se nos otorgaran nuestros privilegios en el uso del espectro. Difícilmente los conservaremos si las bandas de aficionados terminaran convertidas en simples "salones de chat" (sueño dorado de mercachifles de equipos y sus accesorios).
Estos ejercicios permitirán desplegar un abanico de actividades que hará las delicias del aficionado entusiasta, darán oportunidad para mejorar técnicamente nuestras estaciones y destreza para operarlas eficazmente. Además de interesantes y entretenidas charlas.
Al ser una actividad que requiere coordinación y organización, ayuda a mantener activas nuestras instituciones y constituye un puente para vincularse con otras en busca de perfeccionamiento. Bomberos, médicos, paramédicos, exploradores (scouts), actividades deportivas tales como: alpinismo, campamentismo, náutica, etc. pueden aportar interés a nuestros proyectos para entretenernos, aprender y mejorar nuestra integración social, sabiendo que nuestra meta representa, simultáneamente, un bien para nuestra sociedad. Pronto advertiremos que es mucho mejor que permanecer ociosos o peor, dedicados a la egomaníaca tendencia a hablar horas y horas acerca del aparato que hemos comprado en la tienda de radio.
Desde el punto de vista técnico podremos:
  • Aprender a interconectar diferentes aparatos y sistemas entre si; enlazar distintas bandas, los equipos a líneas telefónicas y a computadores portátiles, establecer enlaces de datos mediante Packet Radio o vincularse a redes de computadoras con tecnologías más nuevas.
  • Experimentar innumerables antenas que no tendrían el mismo sentido en una estación estable, por ejemplo en globos o en barriletes.
  • Montar estructuras de soporte ingeniosas y transportables.
  • Operar en campaña, aún en condiciones climáticas adversas, puede convertir una salida de camping en una actividad estimulante y creativa.
  • Ampliar nuestros conocimientos acerca las condiciones de propagación mediante actividades cuyo objetivo sea perfeccionar la capacidad para relevar tráficos (no estamos pensando en esos concursos destinados al entretenimiento y/o la competencia); así nació la ARRL...
  • No importa si los gobernantes apoyan o no esta actividad, los gobiernos están formados por personas iguales a las demás, no puede esperarse milagros de responsabilidad de ellos, probablemente estarán más preocupados por el prestigio inmediato que por estas ocupaciones "agoreras o impopulares" y, a menos que ellas se presenten lo suficientemente seguido como para que signifique algún rédito político, no se ocuparán.
Dicho esto podemos comenzar:
No se trata de una actividad solitaria...
No seremos muy útiles frente a una emergencia actuando individualmente, probablemente resultemos más estorbo que ayuda. Es necesario integrar grupos organizados y saber actuar en equipo. Debemos aprender a actuar coordinadamente, no hay lugar para competencias personales, ni para discusiones metodológicas, las discusiones han de realizarse antes y la competencia tiene que darse contra la tragedia, no contra nuestros propios compañeros.
Igualmente podemos hacer mucho mientras estamos solos...
El espectro de actividades preparatorias es bastante amplio. La preparación de nuestra estación, la personal, lecturas afines, verificaciones, reflexiones, etc. Podremos realizar cursos de capacitación que además sirven al propio desarrollo y crecimiento. Aunque tenemos que hacer esfuerzos para organizarnos, no es necesario esperar a tener una organización para comenzar a prepararnos. Siempre será mejor un grupo de radioaficionados carentes de organización previa, bien preparados individualmente, que rápidamente pueda organizarse si llega el caso, o ponerse al servicio de una estructura preexistente, antes que un grupo sin conocimientos intentando ayudar...
Las emergencias y las comunicaciones civiles
Durante las emergencias pueden dañarse parcial o totalmente los sistemas de comunicaciones normales, sobrecargarse u operar erráticamente. Eso es fácil de comprender: están basados principalmente en cableados, ya sea con alambres o fibras ópticas. La red celular inalámbrica depende de la anterior por limitaciones en espectro y cuestiones de economía. La internet civil depende de las mismas tecnologías...
Estos sistemas están previstos para manejar las demandas medias. Durante las emergencias, la demanda aumenta y los servicios, sujetos a severos daños quizás por el mismo agente que dio lugar a la emergencia, colapsan. En estos casos y hasta que se mitigue o normalice la situación (lo que puede llevar desde pocas horas hasta varios días), los radioaficionados pueden proveer miles de comunicaciones esenciales alternativas para facilitar el socorro.
El aficionado en la emergencia
No importa si se trata de una emergencia  menor o una gran catástrofe, la función del radioaficionado como tal será, en primer lugar, coordinar y proveer ayuda y soporte de comunicaciones a quienes se estén ocupando de aliviar y reparar la situación, esto incluye, pero no se agota allí: autoridades a cargo de la tareas (si ya se han designado), autoridades sanitarias, policía, bomberos, organizaciones de defensa civil, etc.
Si bien la mayoría de estas organizaciones poseen equipos y redes de propios, algunas carecen de comunicaciones en HF, la mayoría de comunicaciones digitales o comunicaciones de imágenes (inclusive entrenamiento en su uso), que pueden ser de gran ayuda llegado el momento. Frecuentemente no disponen de medios para intercomunicarse radialmente entre si. Con la gran variedad de frecuencias, modos de operación y equipos que empleamos habitualmente, poseemos un capital técnico y operativo potencialmente muy valioso. La capacidad que da el simple hecho de estar acostumbrados a operar un equipo de radio ya es algo importante; hasta saber manejar un automóvil puede ser útil cuando lo que faltan son choferes...
Podemos ayudar mucho prestando ayuda moral a las víctimas directamente, colaborando con la evacuación de tráficos personales acerca del estado de los seres queridos. Si tenemos recursos suficientes debemos ayudar a aliviar el sufrimiento y la tensión de los afectados. El destinatario fundamental de nuestro trabajo son las personas, no los objetos ni las propiedades.
El rol del aficionado generalmente es de soporte, no estará en la primera línea como otros grupos de trabajo. Si las comunicaciones normales funcionan bien y alcanzan para cubrir las necesidades, seguiremos los acontecimientos a prudente distancia sin interferir. Si las mismas no están disponibles, son sobrepasadas o insuficientes, entonces estaremos listos para prestar servicio

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